Textos y mensajes : DIFUNTA CORREA (#N459)
En el transcurso del año 1835 un criollo de apellido Bustos fue reclutado en una leva para las montoneras de Facundo Quiroga y llevado por la fuerza a La Rioja. Su mujer, Maria Antonia Deolinda Correa, desesperada porque su esposo iba enfermo, tomo a su hijo y siguió las huellas de la montonera.
Luego de mucho andar -cuenta la leyenda- y cuando estaba al borde de sus fuerzas, sedienta y agotada, se dejo caer en la cima de un pequeño cerro. Unos arrieros que pasaron luego por la zona, al ver animales de carroña que revoloteaban se acercaron al cerro y encontraron a la madre muerta y al niño aun con vida, amamantándose de sus pechos. Recogieron al niño, y dieron sepultura a la madre en las proximidades del Cementerio Vallecito, en la cuesta de la sierra Pie de Palo.
Al conocerse la historia, comenzó la peregrinación de lugareños hasta la tumba de la "difunta Correa". Con el tiempo se levanto un oratorio en el que la gente acercaba ofrendas.
Cuenta Roque Pichetto que "La difusión de sus milagros ya tradicionales se ha extendido por todo San Juan: los poetas y cantores populares le dedican sus coplas y canciones, los hombres de campo le piden protección para sus cosechas, los arrieros, con quienes tiene una deuda, la consideran su protectora, hacen sus peligrosos viajes a través de las serranÃas y quebradas bajo su amparo, las madres que por su debilidad carecen del necesario alimento para sus pequeñuelos, elevan sus oraciones fervientes a ella para que nutra sus pechos escuálidos"
Alfredo Moffat afirma que este mito "constituye uno de los casos mas interesantes de las creencias populares, pues constituye un mito ancestral indÃgena que no pudo ser reinterpretado por la Iglesia Católica debido a que no existe ningún mito equivalente en la cultura occidental cristiana para que pueda ser 're-modelado'. Esto es debido a que la estructura del mito es la sobrevivencia de un niño que mama los pechos de la muerta. Mamar de un cadaver, es decir tomar vida de la muerte, no existe como estructura en la mitologÃa occidental cristiana".
"Por ejemplo la PACHAMAMA como el espiritu indio de la madre tierra –agrega Moffat-, ha sido 'remoldeado' o reinterpretado por la Iglesia a travéz de la figura de la Virgen Maria y toma los nombres de Virgen del Carmen, del Valle, etc. según la región andina, pero en cambio la Difunta Correa sigue siendo actualmente un santuario pagano".
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