Textos y mensajes : MIRAMAR DE MIS AMORES (#N442)
Resulta que hace solo 45 años atrás, yo, Lydia, iba a Miramar con mi mama, Raquel, mi papa Jaime, y mi hermana mayor, Rebeca.
Después del largo viaje por la ruta 2. Largo, larguisimo porque teniamos un coche "no muy nuevo" y se le pinchaba la goma varias veces en el recorrido, entonces habia que sacar todo el terrible equipaje del baul, teniamos un Buik, negro de dos puertas. Otro motivo del tiempo que tardábamos para llegar era el rito de parar a comer por lo menos dos o tres veces para que descanse el conductor.
Nada nublaba la alegrÃa de ir nuevamente a Miramar, al llegar Ãbamos directo a la "Pensión Venecia" estaba justo enfrente de la estación de trenes, entrábamos por la parte lateral, dado que tenÃan un boliche adelante y como nosotras éramos nenas, la otra entrada la tenÃamos prohibido. Nos instalábamos en la pieza, se empezaba a descargar el coche y por ese dÃa ya era sufiente, cenábamos en la Pensión y todo el mundo a dormir.
Tengo que dedicarle un párrafo a la "Pensión Venecia" era por supuesto, con pensión completa, es decir desayuno, almuerzo y cena. La habitaciones en la parte de atrás daban a una galerÃa, impecablemente limpia, se mezclaba el olor a lavandina, los aromas de la cocina y el de las plantas del fondo. Tal era la familiaridad con los dueños de casa que mi mamá una vez por temporada hacia knishes para todos los huéspedes. HabÃa gauchos, camioneros, turistas y mi familia.
Nosotras cuando el boliche estaba cerrado a la hora de la siesta, nos metÃamos detrás del mostrador y jugábamos a las vendedoras o al metegol. El dueños del local, se llamaba Nino y venia con nosotros a la playa. Al dÃa siguiente empezaba el operativo " al mar ". Primero : cargar los elementos para la playa, incluyendo algo para comer por las dudas...y a caminar las 12 cuadras hasta el ansiado mar. La rambla de madera y una playa mucho mas amplia que las actuales, aun no estaban las escollera, pero si estaba Foto Mickey, y el carro con el salvavidas para sacarnos la foto de todos los años.
A las 12hs. habÃa que volver pues el almuerzo estaba incluido, no estaba permitido desperdiciarlo. Luego venia la siesta y nosotras a veces nos cruzábamos a la estación, que cuando no habÃa tren estaba desolada y parecÃa abandonada por los fantasmas del siglo pasado. Tambien recuerdo que mis padres iban al Casino que en aquel entonces estaba frente al mar, en la rambla de madera, a mi hermana y a mi nos dejaban sentados en la vereda con el correspondiente helado y a esperar que salgan. Las fantasÃas de lo que sucedÃa allà dentro pasaban de lo prohibido, malo y de cosas raras.
Los años fueron pasando y para nosotros también. VolvÃamos todos los años a Miramar y a la Pensión Venecia. Yo tenÃa 18 años y ademas también un novio que veraneaba en Mar del Plata, una de esas tardes que fue a visitarme a Miramar hicimos la obligatoria visita al vivero...y se nos hizo tarde... y lo acompañe al micro para Mar del Plata, y... cuando volvà a la pensión, ya estaban todos comiendo en el salón comedor ... y ...tuve que enfrentar no solo las miradas de mis padres sino la de los demás comensales, censuraban donde habrÃa estado ...
En el año 1963 me casé con ese muchacho y en 1971 volvÃa a Miramar con Sergio, mi primer hijo y ademas el triciclo, la palita y el balde. En 1982 seguiamos siendo fieles a esta ciudad, pero ya venÃamos con el hermanito, Gerardo, las bicicletas, los amigos y alguna que otra novia.
El Vivero siguió siendo albergue de los enamorados, el Casino cambio de lugar y la Rambla se convirtió en gran vereda de cemento que recorren los aerobicos desde la mañana muy temprano.
El Sr. Nino tiene una tienda sobre la 9 de julio después de los cines y yo cada vez que voy a Miramar sigo pasando por la vereda de "la Pensión Venecia", hoy restaurant Lisboa, creo. Nunca me anime a entrar, no quisiera ver algún cambio en su interior.
Hoy le tiro un beso al pochoclero de la nueve, paseo por el shoping de ladrillos construido hace muy poco, me prendo a los helados de Caballo Loco o los churro rellenos, mientras pienso que Miramar es el lugar ideal para traer a mis nietos. Miramar tiene una magia que protege a los niños hasta altÃsimas horas de la madrugada, para que nos les pase nada y le pase todo lo mejor...Bueno, en fin...cuando...los tenga a los nietos.
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