Textos y mensajes : Leyenda Guarani (#N457)
El premio de la Yerba
De noche Yaci, la luna, alumbra desde el cielo misionero las copas de los arboles y platea el agua de las cataratas. Eso es todo lo que conocia de la selva: los enormes torrentes y el colchon verde e ininterrumpido del follaje, que casi no deja pasar la luz. Muy de trecho en trecho, podÃa colarse en algun claro para espiar las orquideas dormidas o el trabajo silencioso de las aranias. Pero Yaci es curiosa y quiso ver por si misma las maravillas de las que le hablaron el sol y las nubes: el tornasol de los picaflores, el encaje de los helechos y los picos brillantes de los tucanes.
Pero un dia bajo a la tierra acompaniado de Arai, la nube, y juntas, convertidas en muchachas, se pusieron a recorrer la selva. Era el mediodÃa y, el rumor de la selva las invadio, por eso era imposible que escucharan
los pasos sigilosos del yaguarete que se acercaba, agazapado, listo para sorprenderlas, dispuesto a atacar. Pero en ese mismo instante una flecha disparada por un viejo cazador guarani que venia siguiendo al tigre fue a clavarse en el costado del animal. La bestia rugio furiosa y se volvio hacia el lado del tirador, que se acercaba. Enfurecida, salto sobre el abriendo su boca y sangrando por la herida pero, ante las muchachas paralizadas, una nueva flecha le atraveso el pecho. En medio de la agonia del yaguarete, el indio creyo haber advertido a dos mujeres que escapaban, pero cuando finalmente el animal se quedo quieto no vio mas que los arboles y mas alla la oscuridad de la espesura. Esa noche, acostado en su hamaca, el viejo tuvo un suenio extraordinario. Volvia a ver al yaguarete agazapado, volvia a verse a si mismo tensando el arco, volvia a ver el pequenio claro y en el a dos mujeres de piel blanquisima y larguisima cabellera. Ellas parecian estar esperandolo y cuando estuvo a su lado Yaci lo llamo por su nombre y le dijo: - Yo soy Yaci y ella es mi amiga Arai. Queremos darte las gracias por salvar nuestras vidas. Fuiste muy valiente, por eso voy a entregarte un premio y un secreto. Maniana, cuando despiertes, vas a encontrar ante tu puerta una planta nueva: llamada CAA. Con sus hojas, tostadas y molidas, se prepara una infusion que acerca los corazones y ahuyenta la soledad. Es mi regalo para vos, tus hijos y los hijos de tus hijos... Al dia siguiente, al salir de la gran casa comun que alberga a las familias guaranies, lo primero que vieron el viejo y los demas miembros de su tevy fue una planta nueva de hojas brillantes y ovaladas que se erguia aqui y alla. El cazador siguio las instrucciones de Yaci: no se olvido de tostar las hojas y, una vez molidas, las coloco dentro de una calabacita hueca. Busco una cania fina, vertio agua y probo la nueva bebida. El recipiente fue pasando de mano en mano: habia nacido el mate.
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